Anoche,
haciendo zapping en la tele, ya a
altas horas de la noche, me encontré con una grata noticia. Últimamente, en la
tele no se ven buenas noticias, por eso esta me llamó la atención. Me pareció un
hermoso gesto de solidaridad, de ayudar al otro y mejorar su calidad de vida, a
través de los libros.
La noticia
trataba sobre grupos de lectura adaptada. Al parecer, sólo existen en España,
pero estoy segura que pronto se extenderán a América latina. Estos grupos de
lectura son como los ya conocidos clubes de
lectura: se elige un libro, se lo lee, se lo
comenta. La diferencia radica en que los integrantes poseen dificultades,
pueden tener discapacidad intelectual o visual, son adolescentes con conflictos,
personas mayores que recién están aprendiendo a leer y escribir o que han leído
poco en sus vidas por falta de tiempo o de educación, etc. Se reúnen en grupos no
muy numerosos, determinado día de la semana, junto con un coordinador. Estos coordinadores
son voluntarios que desean ayudar y que tienen apoyo de pedagogos, psicólogos y
médicos, que los capacitan para poder tratar con las diferentes personas,
aunque generalmente cada coordinador sólo se dedica a un único grupo. Este coordinador
ayuda a leer, explica, realiza preguntas y algunas actividades relacionadas al
texto leído, y los participantes leen por turnos, comentan entre ellos y pueden
llevarse los libros para leer en su casa y no perder la “rutina”. lectura: se elige un libro, se lo lee, se lo
Los libros
que trabajan son adaptados (de ahí el nombre de grupos de lectura adaptada) o
sea, tienen textos de letras grandes, con interlineados generosos, para facilitar
la lectura a las personas con discapacidad visual. También deben tener oraciones
cortas y no
poseer palabras complicadas o conceptos abstractos que dificulten
la comprensión. Algunos textos son adaptaciones de clásicos; se resumen y se adaptan
de modo que, al finalizar el libro, esté totalmente comprendido. Igualmente, se
buscan libros con temáticas cercanas a la realidad de los participantes, así pueden
identificarse más y entusiasmarse con los relatos.
Me pareció
una actividad muy bella, los mantiene
entretenidos y ocupados, además de integrarse y relacionarse con otras personas
a través de la palabra, y sobre todo, les otorga el derecho a leer e imaginar,
un derecho que no debe negársele a nadie.
La verdad es
que la idea me entusiasmó mucho, me dio ganas de comenzar algún tipo de proyecto
en el lugar donde vivo, pero…hay un inconveniente. No se encuentran (por lo que
estuve viendo en internet) libros adaptados. Si alguno tiene idea de dónde
conseguirlos, sería maravilloso…
En fin, me
pareció muy bueno compartir esto en el Día del Libro, ojalá ustedes también se
unan a la idea, quizás conozcan a alguien con dificultades para leer y puedan
ayudarlo. Recuerden que el desierto está formado por miles de granito de arena,
¡y podríamos aportar aunque sea uno!
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