lunes, 10 de agosto de 2015

De Rusia con amor


Amo Rusia. No sé desde qué edad, pero sé que desde muy pequeña (pongámosle seis, siete años) amo a ese país. Quizás porque me llamó la atención que fuera el más grande, o por los nombres impronunciables que tienen sus habitantes, o porque son buenos deportistas y bailarines y hacen cosas raras en los circos…Sé que desde siempre Rusia es para mi un símbolo de belleza. Últimamente, mi amor por ese país se acrecentó, por estudiar su historia y por leer libros de autores rusos. El tema es que amo su cultura, sus bailes, su ropa, las matrioshkas, la comida, etc. Su política actual no, pero ya sabemos que los políticos siempre arruinan todo.
Con tanto amor me surgió la curiosidad por aprender ruso. “Vos estás loca” me dijeron absolutamente todos los seres humanos que se enteraron de mi nueva curiosidad. Y sí, probablemente lo esté, porque estudiar un idioma que quizás nunca use porque quizás jamás viajaré a Rusia es algo muy loco. El tema es que busqué por internet y encontré un curso online y gratuito que es amor puro. Si ustedes también están sintiendo la llama rusa crecer en sus pechos, les dejo el lugar donde lo encontré: http://www.rusogratis.com/curso-ruso-indice.php

Y para agilizar mi oído, encontré una radio rusa que casi todas las tardes me acompaña, y que pasa música que es buenísima. Si es rusa, ¿cómo podría llamarse? Naturalmente, Sputnik. La encuentran en Tune In, con ese nombre.

Pero yo siempre tengo en contra algo: el tiempo. Pronto tuve que dejar mi cursito amoroso para estudiar y dar aburridos exámenes de aburridas materias. Y también me di cuenta de algo: soy una chica anticuada. ¿Por qué? Porque me cuesta mucho estudiar si no tengo un libro. Todo bien con el curso por internet, pero si no tengo un libro que pueda consultar en cualquier momento, en la cabeza no se me queda nada. Así que decidí buscar libros de ruso para consultar, y usar el curso online para la parte de pronunciación. Claro que en mi ciudad, jamás iba a encontrar un libro de ruso. Ya he dicho que en la librería me miran raro, y es que cada vez que voy pido cosas muy estrafalarias. Por eso recurro a mercadolibre (estoy enamorada de él, pese a que me haya aumentado los costos de envío). Pero…allí no había nada. No me di por vencida y entré a Tematika.com, solamente para mirar, porque nunca se me dio por comprar ahí, ya que no tengo tarjeta de crédito y suponía que me iban a matar con el envío. Grata fue mi sorpresa cuando supe que se puede pagar por medios como rapipago, y que por ser nueva clienta me regalaban el envío, y que, también pro ser nueva, me hacían 20% de descuento, y lo mejor…¡TENÍAN LIBROS DE RUSO!
Hubieran tenido más variedad si no existiera todo el lío de importaciones que hay en Argentina, pero vi dos que me interesaron y pese a que no tenía mucha confianza en comprar así, los pedí. El pago tardó tres días en acreditarse, pero lo enviaron enseguida, a pesar de que decía que tardarían dos días en salir del depósito. Al otro día que se acreditó, ya estaba en casa, así que Tematika se ganó una adepta. El punto en contra sería que el cartero fue híper malhumorado y casi me tira la caja en la cara, pero de eso no tiene la culpa la librería, sino el bendito Correo Argentino, del que ya contaré mis experiencias próximamente.
Resumiendo: no tengan miedo de comprar en Tematika, hay facilidades de pago, descuentos, envío rápido, y excelente embalaje.
Cuando abrí la caja, vi esto:




Medio que me decepcioné, porque en la página parecían libros “tamaño normal”, y resulta que son pequeñitos. Después me avivé que si son para viajar, los hacen chiquitos para que no ocupen espacio.
El primero es una guía rápida de conversación, de editorial Arguval. (Precio:$70 ARS)




Como ven, tiene dibujitos, frases que se utilizan en viajes o por si te encontrás a algún ruso en Argentina (?) y su pronunciación.


Este es “Ruso para viajar”, de Editorial Collins (Precio: $110 ARS)



 Tiene muchos colorcitos para ir rápidamente a la sección que se desea. Tiene frases, palabras sueltas, gramática, un mini-diccionario, consejos sobre dónde cambiar dinero o alquilar autos, cosas sobre el transporte público y restaurants, etc. Una guía muy completa para viajar y también para aprender.  Pido disculpas por la calidad de las fotos, mi teléfono anda cada vez peor.

Otro resumen: me gustaron mucho los libritos y confío en que aprenderé bastante con ellos. Si eso pasa, compraré los otros libros de ruso que tienen disponibles.
En fin, eso era lo que quería comentarles acerca de mi primera compra en Tematika y de mi afición al ruso.


viernes, 7 de agosto de 2015

Descargando iras



Desde hace un tiempo que tengo un problema que sé que crecerá y que me traerá problemas: no estoy manejando bien el temita de la ira. Antes era muy tranquila, raramente me enojaba y más raramente aún, me enojaba tanto como para pegar dos o tres gritos y un portazo. Recuerdo situaciones muy especificas en las que estallé. Pero desde hace más o menos un año a hoy, el enojo es parte de mis días y la ira, también. Siempre digo que escribir ayuda mucho y lo tengo comprobado, pero a mí me resulta cuando estoy triste. Siento alivio, como que comparto mis penas con aunque sea un pedazo de papel y ya me siento un poco mejor. Pero cuando estoy llena de rabia, sé que ningún papelito me parará. Es más, el papelito puede convertirse en decenas de papelitos más pequeños y volar por ahí y ser pisoteados. Quizás sea “la adultez”, porque convengamos que los adultos somos los que tenemos más derecho a enojarnos, nos pasan cosas difíciles y si nos enojamos la gente no nos ignora, en cambio cuando sos pequeño, por más berrinches que hagas  y te tires al piso y patees juguetes, la gente te mira y sonríe y dice “uy, se enojó el nene”.
No sé porqué será, y esta es la primera vez que siento enojo y me puse a escribir, a ver si así abro un canal y puedo empezar a desahogarme también de esta forma (es muy filosofía hindú esto de abrir canales, pero me viene bien la metáfora). También, convengamos que últimamente suceden cosas que permiten nuestra ira vea la luz. La burocracia, por ejemplo, haciendo que la búsqueda de un trabajo consista en rellenar formularios y que siempre te falte uno, y que empleados aburridos te manden de un sitio a otro para que luego, otro empleado más aburrido te diga que nada de lo que hiciste te sirve porque el puesto ya está cubierto. O, como me pasó a mi, para que te digan que tu título no sirve y que te enteres dos días después que otra persona que tenía el mismo titulo que vos, SÍ consiga el trabajo.  Eso saca lo peor de uno, el acomodo, la chupada de medias y otras cosas, por un laburo que vos querías y deseabas conseguirlo y hacerlo como se debe. A eso se suman las noticias nuestras de cada día, con tipos que entierran animales vivos, o matan niños. O el colectivo que se atrasó, el tren que cancelaron y vos esperando una hora, dos horas, en medio del frío y el viento, usando para entrar en calor a tu ira que crece y crece. Ni hablar, en estos días y en Argentina, de la constante y casi acosadora manera que han empleado los candidatos a la presidencia y otros cargos para convencerte de que los votes. Por todos lados, en todos los papeles, carteles, canales, radios, videos de internet, páginas, publicidad en redes sociales, mensajes de texto y whatsapp, llamadas telefónicas…Todo eso con música  de fondo, la música del agua que crece e inunda barrios  y ciudades mientras te siguen pidiendo que los votes, que seguirán trabajando o que destruirán lo hecho. Eso saca lo peor de uno, hace que odies con tu alma a cada tipo que te diga “¿A quién vas a votar?” NO SÉ PELOTUDO, HABLEME DE OTRA COSA.
Siguiendo con mi temita del manejo de la ira, les cuento que la última vez que pisé la universidad fue para presentar un trabajo grupal para el cual mis compañeros no estudiaron y armaron un gran papelón. Mi ira estaba a punto de estallar frente a todos, vamos, que los quería estrangular delante de la universidad entera, pero me fui y no les hablé más y para completar el ataque de ira, una vez que llegué a mi casa, incendié todas las copias y casi prendo fuego una cortina. Otro día mandé a la mierda a mi vecina porque tiene la costumbre de poner la música en modo destrucción de ventanas, y hace un tiempo me peleé con toda Telefónica porque me habían aumentado la factura. A cualquier le contesto mal, el celular sabe los golpes que le he pegado, y sé que si me ponen delante a mi ex mejor amiga sería capaz de arrancarle las cejas. Entonces, la pregunta es: ¿por qué ya no puedo manejar la ira? Me dirán que vaya a un analista pero esas cosas me sacan de quicio también. Entonces, lo mejor sería un psiquiátrico y les digo que sí, que la verdad es que a veces siento que estoy enloqueciendo. Pero que también ceo que la gran mayoría de la gente (y digo gente para no decir sociedad, porque la sociedad incluye a todos, y eso no sería justo para las personas que no tienen los mismos problemas mentales que yo), tiene problemas más graves con la ira, se agarran a trompadas por un partido o por un roce entre autos, de la nada sacan una pistola y disparan….Tendría que haber hospitales psiquiátricos en cada esquina, y creo que faltarían. No sé si la culpa del mal manejo de la ira la tiene uno mismo, o todos, o si las culpas son compartidas. Tampoco sé si escribir sobre esto me ayuda a mí, o quien lo lea, o por el contrario, siembra más ira.  
Ustedes, si aun no tienen problemas con ella, al menor indicio sepan frenarla, sepan calmarse a tiempo, no dejen que entre una vez en sus vidas, les aseguro que es muy difícil pararle los pies. Y si ya está con ustedes, hagan también la prueba de escribir, de contar hasta diez, de dejar que se disipe y que se les aclare el pensamiento. 


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